
El cielo de noviembre es uno de los más agradecidos del año: aunque las lluvias de meteoros no estarán en su punto máximo, durante estos días coinciden varias de ellas —Táuridas, Leónidas y Alfa Mónocerótidas—, por lo que siempre hay posibilidades de ver alguna estrella fugaz cruzando el firmamento.
Disfrutaremos de una observación nocturna guiada bajo cielos oscuros y sin Luna, perfecta para aprender a reconocer constelaciones, observar con telescopios y, con suerte, captar algún meteoro brillante.
Una oportunidad para relajarse bajo las estrellas, compartir la experiencia con otros aficionados y descubrir la magia del cielo de otoño.
