¿De dónde vienen las lluvias de estrellas?

Cada año, el cielo nos regala varios espectáculos luminosos que parecen mágicos: las lluvias de estrellas. Nombres como Perseidas, Geminidas o Leónidas llenan las noticias y las noches de verano e invierno, invitándonos a mirar hacia arriba y pedir deseos.

Pero… ¿de dónde vienen realmente estas “estrellas fugaces”? ☄️

Polvo de cometas (y a veces de asteroides)

Las lluvias de estrellas no tienen nada que ver con estrellas, sino con pequeños fragmentos de polvo y roca que deja tras de sí un cometa (o, en algunos casos, un asteroide) en su viaje alrededor del Sol.
Cada vez que el cometa completa una órbita, va soltando partículas que quedan flotando a lo largo de su camino, formando un rastro o corriente de meteoroides.

Cuando la Tierra cruza una de esas corrientes, los fragmentos entran en nuestra atmósfera a velocidades que pueden superar los 60 km por segundo. La fricción con el aire los calienta y los desintegra, produciendo ese destello fugaz que llamamos meteoro.

Un calendario celeste natural

Cada lluvia de estrellas tiene su origen en un cuerpo concreto y ocurre más o menos en las mismas fechas cada año, porque la Tierra pasa por el mismo punDescubre de dónde vienen las lluvias de estrellas, qué cometas las originan y cómo disfrutar de este espectáculo natural del cielo nocturno.to de su órbita.
Por ejemplo:

  • Las Perseidas, visibles en agosto, provienen del cometa Swift–Tuttle.
  • Las Geminidas, en diciembre, del asteroide 3200 Phaethon.
  • Las Cuadrántidas, en enero, de los restos del cometa 2003 EH1.

Cada corriente tiene una dirección aparente en el cielo, llamada radiante, que suele coincidir con una constelación: de ahí los nombres (Perseidas → Perseo, Gemínidas → Géminis…).

Un espectáculo que se repite… pero nunca igual

Aunque las lluvias de estrellas son fenómenos anuales, cada año son diferentes. Depende de la densidad de polvo que haya en la corriente, de la posición exacta de la Tierra y, por supuesto, de factores tan terrestres como la luz de la Luna o la contaminación lumínica.

Por eso, hay lluvias que pasan casi desapercibidas y otras que nos sorprenden con auténticos fuegos artificiales celestes.

Cómo observarlas

No hace falta telescopio ni prismáticos: basta con tumbarse en un lugar oscuro, lejos de luces artificiales, y dejar que los ojos se acostumbren a la oscuridad durante unos minutos.
Mira hacia el cielo en general, no hacia un punto concreto, y simplemente espera. Las estrellas fugaces suelen aparecer cuando menos lo esperas.

Y sobre todo, recuerda: cada meteoro que cruza el cielo es una diminuta partícula que ha viajado millones de kilómetros… y que termina su viaje fugaz ardiendo frente a tus ojos.

Metricool pixel